Indígenas brasileños ven cumplidas sus demandas y permiten construir una represa

Un grupo de indios brasileños que se opone a la construcción de la hidroeléctrica de Belo Monte concluyó la ocupación de las obras, que se prolongó nueve días, después de alcanzar un acuerdo con la constructora.
La empresa Norte Energía informó a la gubernamental Fundación Nacional del Indio (Funai) que acepta íntegralmente las demandas de los indígenas, que incluyen la construcción de escuelas, un hospital y viviendas para los pueblos nativos.
 
Los indígenas ya han comenzado a desbloquear la represa provisional del sitio de Pimentel, el principal lugar de las obras, a orillas del río Xingú, en el estado amazónico de Pará, según la Agencia Brasil.

Además, un Tribunal Federal del estado de Pará desestimó una denuncia presentada por la Fiscalía que pedía la suspensión de las obras por supuestos errores de procedimiento.
  Belo Monte será la tercera mayor hidroeléctrica del mundo y tendrá una potencia máxima de 11.233 megavatios. Sin embargo fue motivo de numerosas manifestaciones: las comunidades indígenas y ecologistas denuncian que la represa tendrá un gran impacto en la selva amazónica.