El volcán Turrialba, ubicado en el este de Costa Rica a unos 80 kilómetros al este de San José, comenzó a expulsar ceniza.
El 8 de enero los vulcanólogos declararon una erupción de lava y la aparición de nuevos cráteres. Ellos decidieron examinar el coloso después de una fuerte expulsión de ceniza. Antes consideraban que el viejo volcán no presentaba actividad.
Los representantes de la Red Sismológica Nacional continúan afirmando que el volcán no representa amenaza. Las pequeñas poblaciones de agricultores, situadas en las faldas del volcán, ya sufren con la actividad: la ceniza daña viviendas, autos, cultivos y animales.
La Comisión Nacional de Emergencias mantiene la alerta amarilla (intermedia) en esa zona y envió suministros a la población afectada. Ya fueron evacuados 36 personas y la mayoría de ellos está en un albergue.
Además, cerca del volcán están situadas 143 fincas lecheras en donde viven más de 4 500 animales que corren peligro puesto que muchos ganaderos prefieren evacuar sus propiedades.
El volcán Turrialba tiene 3 340 metros de altitud y forma parte de un Parque Nacional. La última vez hizo una erupción completa en 1866, oportunidad en que sus cenizas llegaron incluso hasta Nicaragua.