Se trata de 14.500 páginas de los llamados ´archivos perversos´ plagadas de casos de acosos sexuales o violaciones a menores perpetradas en varias partes del país entre los años 1959 y 1985.
En muchos casos los crímenes fueron conocidos por autoridades policiales y judiciales, pero los últimos no presentaban acusaciones para proteger el buen nombre de la organización
Según investigaciones mediáticas previas a la divulgación, en más de 500 ocasiones la administración de los Boy Scouts tuvo conocimiento de posibles casos de pedofilia a través de denuncias del personal, de los propios menores, de los padres de las víctimas o a través de anónimos. Sin embargo, el 80% de los casos no fueron denunciados a la Policía.
Los archivos son parte de la documentación compuesta y recogida por los ejecutivos de la organización desde su establecimiento en 1910.
La publicación, a pesar de numerosos esfuerzos de los Boy Scouts América para prevenir la divulgación, se realizó basada en el dictamen de la Corte Suprema del estado de Oregón, luego que la organización perdiese un fallo sobre el acoso a un menor iniciado en 2010.