“Estaban tratando de enseñar a este pequeño país que los británicos son todavía un imperio y que nosotros deberíamos aprender a ser buenos chicos mientras estamos aquí”, señaló la diplomática.
Alban calificó las amenazas británicas
como “el mayor error” de las autoridades del país desde que ella asumió
el cargo.
Las amenazas del Gobierno británico provocaron una ola de indignación en todo el mundo y especialmente, en América Latina. Las organizaciones transnacionales de la región, como MERCOSUR y UNASUR condenaron el hecho y lo tacharon de inadmisible.
El 19 de junio el australiano pidió asilo político en la embajada ecuatoriana en Londres de cara a una inminente extradición a Suecia, que lo reclama por delitos sexuales, acusaciones negadas rotundamente por Assange.
El fundador del portal que filtró miles de cables de la diplomacia norteamericana sacando a la luz el lado oscuro de la administración de EE.UU. afirma que lo persiguen por motivos políticos y que, de ser extraditado a Suecia, podría acabar compareciendo ante la justicia estadounidense y siendo condenado a cadena perpetua e incluso a muerte.
El 16 de agosto Ecuador concedió el asilo político a Assange, pese a lo cual, Londres se negó a facilitarle un salvoconducto para que abandone el país.
Actualmente el australiano permanece en la embajada ecuatoriana en Londres esperando a que se solucione su situación.