El grupo no gubernamental 'Earthworks' Oil & Gas Accountability Project' presentó su informe 'Gas Patch Roulette: How Shale Gas Development Risks Public Health in Pennsylvania' en que sostiene que cuanto más cerca vive la gente de los pozos de gas de Marcellus Shale, más problemas tiene con su salud, debido a los compuestos químicos que se usan en la explotación y que luego aparecen en el agua y en el aire cerca de los yacimientos.
La mitad de las personas que participó en el estudio informó que antes de la explotación no tenía problemas con la salud, pero ahora sufre de alergia, asma, artritis, cáncer, así como hipertensión y enfermedades de corazón, riñones, pulmones y tiroides. El 81% de las personas se queja del mal olor de los compuestos químicos, que a veces contienen amoníaco, cloro, azufre y propano, entre otros.
Marcellus Shale es un área rica en gas en rocas de esquisto y se extiende por el territorio de varios estados en el este de EE.UU. En su territorio, el gas se extrae a través del 'fracking' (fractura hidráulica) que consiste en la inyección a presión de algún material en el terreno, para ampliar las fracturas existentes en el sustrato rocoso que encierra el gas, facilitando así su salida hacia el exterior. Habitualmente el material inyectado es agua mezclada con arena y productos químicos.
A comienzos de octubre el gobernador de Pensilvania promulgó la ley 'Pennsylvania Senate Bill 367', que autoriza la práctica de fractura hidráulica en campus universitarios. Poco antes, la organización no gubernamental 'Food & Water Watch' había convocado a protestar en algunos de los estados con grandes depósitos de gas natural, como Pensilvania, Nueva York, Ohio, Virginia y Texas.