"El Reino Unido podría violar la ley internacional si facilitara lo que equivaldría a un ataque preventivo contra Irán", dijo una fuente de alto rango de Whitehall citado por 'The Guardian'. "Es explícito. El Gobierno utiliza esta herramienta para expresar su disconformidad con los americanos".
“Esto deja claro que Irán, que ha negado categoricamente que tenga planes para desarrollar un arma nuclear, actualmente no representa una amenaza clara y actual”, señala el diario.
Además, los diplomáticos estadounidenses también habrían cabildeado para el uso de las bases británicas en Chipre, y para que se les permita volar desde bases de EE.UU. en la isla Ascensión en el Atlántico y Diego García en el Océano Índico, que son territorio británico.
Según 'The Guardian', la situación refleja la desgana que reina en Whitehall a la hora de implicar a Reino Unido en cualquier conflicto, a pesar de que la Marina Real (Royal Navy) tiene una gran presencia en el Golfo para el caso de que los esfuerzos diplomáticos en curso fracasan.
EE.UU. y los países occidentales acusan a Irán de intentar fabricar armas nucleares y temen que el país persa pueda aumentar el nivel del enriquecimiento de uranio, lo que le permitiría construir una bomba atómica. Para responder con dureza ante la falta de avances en la negociación sobre el polémico programa nuclear, Occidente introdujo sanciones contra la república islámica.