Para los que siempre tienen prisa, un tren es un medio de transporte casi desconocido. El avión es su “vehículo” preferido, porque permite seguir el ritmo de la vida contemporánea.
Sin embargo, quedan todavía en el mundo algunos entusiastas del "Turismo Lento" (Slow Tourism) para quienes un viaje a bordo de un tren no es una mera posibilidad de desplazarse de un lugar al otro, sino un verdadero placer y el objetivo principal del viaje como tal. Prefieren disfrutar de sus vacaciones observando los paisajes más bellos de la Tierra. Precisamente para este tipo de turistas el sitio web de noticias News.com.au publicó su índice de los ferrocarriles más bellos, confortables y caros del mundo.
La lista incluye solamente cinco ejemplos, pero uno puede estar seguro que, al elegir uno de ellos, jamás se arrepentirá.
El índice está presidido por The Rocky Mountaineer en Cánada. Tiene más de 100 años y da vueltas en valles verdes y cañones de una belleza increíble, permitiendo a sus pasajeros observar las cimas de montañas cubiertas de nieve durante unos plazos muy diversos: de 2 a 12 días. Los precios también varian de unos 600 a 2.800 dólares, según el tipo de programa seleccionado.
El ferrocarril australiano Ghan, que une Darwin, la capital del Territorio del Norte, y Adelaida, la ciudad principal de Australia Meridional, situada en la parte sur del Océano Pacífico, está en el segundo lugar. Un aficionado puede cruzar todo el continente por unos 660 dólares.
El ferrocarril transiberiano, el más largo del mundo sin salir del territorio de un mismo país, con una extensión de 9.288 kilómetros, ocupa el tercer lugar. La ruta principal fue inaugurada en 1904. Conecta la Rusia europea con las provincias del Lejano Oriente ruso, Mongolia y China y atraviesa ocho zonas horarias, con un punto más alto de 1.019 metros sobre el nivel del mar. Un viaje de Moscú a Pekín durará unos 6 días y costará unos 1.500 dólares.
El Expreso Occidental & Oriental (Eastern & Oriental Express) está en el cuarto lugar. En contraposición con el Expreso de Oriente, inmortalizado por Agatha Christie en sus novelas, que une París con Estambul, no tiene nada que ver con el continente europeo, sino que conecta Tailandia, Singapur y Vietnam. Un entusiasta puede disfrutar de los paisajes con los campos verdes, el océano azul y los templos dorados. Un viaje de lujo de 2 a 8 días puede costar de 1.400 a 6.015 dólares, según el plazo y el tipo del vagón y compartimento.
Por último, la clasificación incluye al ferrocarril The Royal Scotsman, una muestra de servicio y confort británicos típicos. Pasa por valles cubiertos de niebla, al lado de lagos mágicos y castillos abandonados. Un viaje puede durar hasta 9 días y costar de 4.330 a 12.800 dólares.