“Hemos recomendado los nombres y las organizaciones que, en nuestra opinión, tienen que ser incluidos en el futuro órgano dirigente. Está claro que no se puede seguir viendo al Consejo Nacional Sirio (CNS) como un líder visible de la oposición”, señaló la jefa de la diplomacia norteamericana.
Clinton apuntó que el CNS puede ser parte de una oposición más amplia, “pero esta tiene que estar integrada por personas dentro de Siria y por aquellos que tienen una voz legítima que necesita ser escuchada”.
Asimismo la secretaria de Estado destacó que se necesita una “oposición capaz de oponer una seria resistencia a los extremistas que intentan robar la revolución siria”.
EE.UU. planea ayudar a la oposición siria a “unirse alrededor de una estrategia común que puede […] iniciar el proceso de transición”, apuntó.
La próxima semana los representantes de la oposición siria se reunirán en la capital qatarí, Doha, donde intentarán formar una oposición más representativa.
Clinton afirmó que EE.UU. y sus aliados de la UE y de la Liga Árabe seguirán presionando al régimen sirio por medio de sanciones.
Fernando Bazán, el Director del Programa de Estudios sobre relaciones entre América del Sur y los Países Árabes, cree que EE.UU. está dispuesto a apoyar hasta a los elementos contrarios a su política, sólo para alcanzar sus fines en Siria.
“EE.UU. debe apoyar a alguien para liderar la transición. El problema es que los líderes, que por ahora son líderes militares, se transformen en el día de mañana en dirigentes de la transición siria, con lo cual EE.UU. tendría que empezar a lidiar con elementos salafistas, muchos de ellos extremadamente adversos a la política norteamericana y muchos de ellos, enemigos”, señala Bazán.