Brad Friedman, un famoso bloguero independiente, es uno de los que critican el proceso. Según él, “una tercera parte de los electores este año votarán en sistemas electrónicos no verificables. El resto del país, en su mayoría, lo hará con boleta, pero esas papeletas se cuentan también por sistemas electrónicos, por lo que no hay manera de saber si los votos fueron contabilizados correctamente”.
Muchos expertos afirman que votar con este sistema, es una forma de timar al electorado. "Si usted tuviera que entregar su papeleta a un hombre en traje de mago, quien luego fuera detrás de una cortina y saliera después con papeletas destrozadas para decirle que ganó, ¿confiaría en ese proceso?”, pregunta Jonathan Simon, cofundador y director de la Alianza de Defensa de las Elecciones.
¿Corrección de errores? ¡Ni hablar!
Otro problema, que genera aún más incertidumbre en el proceso, consiste en la falta de unificación del sistema de votación.
Nuestro presidente nunca va a hablar de fraude electoral""4000 diferentes condados, cada uno de ellos utiliza un sistema diferente de votación, cada uno de ellos tiene defectos diferentes, vulnerabilidades diferentes”, explica Friedman.
Corregir los errores del sistema electoral y mejorarlo estaría fuera de la agenda de la administración de la Casa Blanca. “Nuestro presidente nunca va a hablar de fraude electoral y ha negado que éste haya ocurrido, incluso cuando los miembros de su propio partido han sido víctimas de él”, sostiene el profesor Mark Crispin Miller.
Y con la creciente cantidad de reportes sobre fraudes electorales, parece que las infracciones en los comicios se constituyen como el camino a la victoria para los candidatos. Según Miller, "las elecciones en EE.UU. son una desgracia. Es como ver la cocina de un restaurante de lujo y perder apetito por lo que ves, porque tenemos un sistema electoral, un sistema de votación que no es transparente en lo absoluto”.
En la era de teléfonos inteligentes, tabletas y sistemas de navegación vía satélite, millones de estadounidenses irán a entregar su voto a las inseguras máquinas de votación. Y será este sistema que determine quién gobernará el país durante los próximos 4 años.