Los esfuerzos extraordinarios de Barack Obama y Mitt Romney para acercarse al votante hispano incluyen su participación en un foro en español, entrevistas a cadenas hispanohablantes, anuncios en español e, incluso, videos donde los candidatos prometen a los latinos escuchar su voz.
“Ningún obstáculo es muy grande, ningún camino es muy largo. Soy Barack Obama y apruebo este mensaje”, dice el mandatario estadounidense en su anuncio. Romney, por su parte, asegura en su video que Obama goza del apoyo de los ‘enemigos’ del país norteamericano como el presidente venezolano, Hugo Chávez, y Mariela Castro, la hija del presidente cubano Raúl Castro. En otro anuncio en español lanzado hace unos meses, Craig Romney, uno de los hijos del candidato republicano, insiste en que su padre “es un hombre de grandes convicciones” y detalla que este comparte los valores familiares tradicionales.
Según los analistas, los latinos de EE.UU. son conscientes de que se les utiliza políticamente. “Es una movida política, sí lo es. Pero si nos hacen movidas políticas que nos benefician, debemos de estar contentos. El problema es que es muy limitado”, comenta la abogada Isabel García.
“En esta elección los partidos políticos no le están ofreciendo a la comunidad hispana prácticamente nada en los debates, no se ha mencionado ninguno de los temas de importancia para los hispanos”, insiste el periodista Eladio Armesto. Acentúa que el problema migratorio es clave, ya que los ciudadanos norteamericanos hispanos con derecho a voto siempre tienen parientes que necesitan regularizar su estatus migratorio en EE.UU. y que han sido utilizados, sobre todo por el partido republicano, como “chivos expiatorios”.
El programa demócrata para estas elecciones vuelve a afirmar que el sistema de inmigración del país necesita una reforma y culpa al Partido Republicano de bloquear cualquier avance en este sentido. Por su parte, el plan republicano contempla instaurar un sistema que obligue a los empleadores a verificar el estatus migratorio antes de contratar a un trabajador.
“Mitt Romney ha prometido vetar el Dream Act si llega a su escritorio. Yo creo que él está desesperado por ganar el voto latino pero creo que realmente no tiene respuestas a la comunidad. La verdad no confío en él, pero eso no quiere decir que no podamos tener una conversación abierta y que no podamos buscar soluciones, porque independientemente de que él gane la Presidencia o no, el problema sigue aquí”, comenta la activista política Dulce Matuz.
En juego están 12,2 millones de votos. Según la cifra de la Asociación Nacional de oficiales latinos electos y designados (NALEO, National Association of Latino Elected and Appointed Officials), este es el número de hispanos que tienen derecho a participar en los comicios del 6 de noviembre.
Se calcula que el voto latino será decisivo para Florida, un estado tradicionalmente republicano que hoy en día se inclina más hacia los demócratas, según los últimos sondeos. En Virginia y Carolina del Norte también tendrá un papel importante, ya que la población hispana en estos estados ha crecido considerablemente en los cuatro años que han pasado desde las elecciones anteriores, según la Oficina del Censo del país. Tendrá peso también en Nevada, Colorado y Ohio.
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Cabe recordar, además, que EE.UU. cuenta con otros aspirantes aparte de Barack Obama y Mitt Romney. En los folletos de los estados figuran también otros cuatro candidatos ignorados por los principales medios de comunicación: Gary Johnson (Partido Libertario), Jill Stein (Partido Verde), Rocky Anderson (Partido de la Justicia) y Virgil Goode (Partido de la Unión Constitucional). Este 6 de noviembre a las 02.00 GMT RT
acogerá el debate entre Johnson y Stein donde expresarán su opinión sobre los temas que realmente preocupan a los estadounidenses en 2012.