En su testimonio se revelan detalles de una serie de enfrentamientos librados entre los cárteles del narcotráfico que intentaban expulsar a las bandas rivales del territorio del oeste en el desierto mexicano. Para ello, el grupo buscó la compra de armas de los EE.UU., incluyendo al menos 30 rifles WASR-10, una variante del AK-47, supuestamente suministrados por agentes de la Patrulla Fronteriza, informó la revista mexicana Contralínea.
De ser cierto, este hecho podría reavivar el debate sobre la operación 'Rápido y Furioso', en la que las autoridades estadounidenses permitieron la adquisición de armas por parte de grupos ilegales mexicanos para tratar luego -infructuosamente- rastrear su paradero.
El testigo, que tiene el seudónimo 'Victoria', se unió en 2009 al grupo conocido como Gente Nueva, aliado del cártel de Sinaloa. Allí trabajó para un grupo más pequeño llamado Las Jabalinas. Su trabajo, a lo largo de 2009 y 2010, era eliminar a miembros de los cárteles rivales de los Zetas y los Beltrán Leyva que se habían apoderado del territorio del cártel de Sinaloa en el desierto del oeste de México.
El Profesor de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, Víctor Manuel Quintana, considera que EE.UU. debe dejar su conducta de doble rasero sobre las drogas.
El profesor puntualizó que los EE.UU. no pueden continuar con una política diversa después de legalizar en otros dos estados (Colorado y en Washington) la marihuana y cree que “o se legaliza de los dos lados de la frontera y dejan de imponerle al estado mexicano unas condiciones muy fuertes de combate a las drogas o esto va a continuar deteriorándose”, indicó Quintana a RT.