Según el veredicto del juzgado del Vaticano, Claudio Sciarpelletti, de 48 años, que trabajó como informático en la Secretaría de Estado, fue cómplice del ex mayordomo Paolo Gabriele, condenado a un año y seis meses bajo arresto domiciliario.
El arresto de Gabriele, el hombre de confianza de Benedicto XVI, se produjo tras admitir que había entregado documentos robados al periodista Gianluiggi Nuzzi, que publicó un controvertido libro sobre la presunta corrupción de la burocracia del Vaticano.
En medio del gran escándalo por la presunta corrupción entre los máximos cargos eclesiásticos, las autoridades vaticanas se apresuraron a clasificar el libro publicado como “criminal”, anunciando una investigación y acciones legales contra su autor y contra cualquier implicado en la filtración de los documentos citados.