La audiencia está prevista para el martes. El Congreso estadounidense podría acabar con las sanciones comerciales al votar a favor de dar a las empresas un mayor acceso al desarrollado mercado ruso. Los representantes de la comunidad empresarial de EE.UU. defienden la eliminación de las restricciones arcaicas, introducidas hace casi 40 años, debido al alto interés y grandes opciones que tienen en el sector económico.
Anteriormente, los republicanos en repetidas ocasiones impidieron la revisión de esta legislación. El ex candidato presidencial, el republicano Mitt Romney, llegó al extremo de tildar a Rusia como "enemigo geopolítico número uno de EE.UU.”.
Tras ser aprobado por el Congreso, el proyecto de ley debe ser aprobado por el Senado estadounidense y solo después se convertirá en ley tras la firma del reelegido presidente Obama. La propia legislación no requerirá ninguna concesión por parte de EE.UU., solo aumentará significativamente el comercio entre EE.UU. y Rusa.
Se estima que las exportaciones actuales de EE.UU. a Rusia de bienes y servicios llegan a los 11.000 millones de dólares. La Administración de Obama sostiene que en los próximos cinco años esta suma puede duplicarse si se normalizan las condiciones comerciales entre ambas naciones.
La enmienda de Jackson–Vanik fue aprobada por EE. UU. en 1974. Dicha ley limita las relaciones comerciales del país norteamericano con los estados cuyas autoridades violan los derechos humanos y obstaculizan el libre movimiento de sus ciudadanos fuera de sus fronteras. A pesar de que la enmienda no ha sido abolida en referencia a Rusia como país sucesor de la Unión Soviética, en la práctica no funciona desde 1989, ya que EE. UU. aplica anualmente una moratoria a la ley.