A pesar de que Merkel elogió el coraje del Gobierno luso a la hora de adoptar unas medidas de ajuste que consideró duras pero capaces de relanzar la economía del país, numerosos portugueses expresan su repudio a las tesis de la canciller y a las políticas de austeridad recomendadas por Berlín.
Apenas 48 horas antes de la tercera huelga general que organiza el paíse en los 16 primeros meses de gobierno conservador de Pedro Passos Coelho en Portugal, el movimiento de los indignados lusos, izquierdistas y sindicalistas con estudiantes, profesionales y desempleados convoca una marcha en Lisboa bajo el lema "Merkel no manda aquí".
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También un grupo de conocidos intelectuales cargaron en una carta contra la canciller, con acusaciones de monopolio de Europa y de injerencia en la política lusa.
Portugal está intervenido por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) desde que en abril de 2011 Lisboa solicitó un rescate financiero de 78.000 millones de euros. Pero para recibir el rescate, el país necesita reducir su déficit público, lo que intenta hacer mediante recortes socales y otras medidas que no cuentan con el apoyo mayoritario de la población.