"Un sistema antimisiles naval capaz de aparecer súbitamente cerca de las costas rusas provocaría una reacción severa de Rusia, al igual que de cualquier otro país en una situación similar", declaró.
De acuerdo con el viceprimer ministro, la defensa antimisiles de EE.UU. en su forma actual ya desempeña un papel desestabilizador en las relaciones entre Rusia y la OTAN y provoca una "carrera armamentística".
"Y hace falta que les digamos eso con total claridad y precisión. Serví como embajador de Rusia ante la OTAN durante cuatro años y sé qué idioma entienden mejor", enfatizó Rogozin al recordar que el programa de armamento ruso prevé la adopción del sistema de defensa antimisiles S-400 y el desarrollo del avanzado sistema S-500, capaz de interceptar objetivos balísticos fuera de la atmósfera.
El radar del sistema Aegis proporciona el seguimiento simultáneo de 200-300 objetivos y el guiado de 18 antimisiles contra los blancos más peligrosos. Los nuevos misiles del Aegis, Standard-3 (SM-3), son capaces de interceptar ojivas de misiles balísticos fuera de la atmósfera terrestre a alturas de hasta 180 kilómetros sobre la Tierra.