Voluntad y amor a la profesión, rasgos indispensables para el periodismo
Un corresponsal palestino ha logrado fundar la primera agencia fotográfica en el mundo árabe a pesar de haber sido herido y estar en silla de ruedas luego de uno de sus reportajes desde una zona “caliente”.
Cuando Osama Silwadi se dedicó al periodismo en primer lugar asociaba esta profesión con encuentros interesantes, viajes y todo un océano de información que los periodistas reciben de primera mano. Al principio no se daba cuenta de que esta profesión también está intrínsecamente vinculada con muchas dificultades e incluso, a veces, puede poner en peligro la vida.
Su dramática historia es una muestra de que lo dicho anteriormente no es ninguna exageración. Silwadi siempre trabajó en zonas “calientes”, informando al mundo sobre los últimos sucesos en esos peligrosos lugares hasta que una bala perdida lo dejó semiparalizado mientras realizaba un reportaje sobre una manifestación en Ramala (Cisjordania). Silwadi dice: “Estaba filmando a los manifestantes en las calles desde mi despacho cuando fui herido por una bala y me llevaron al hospital”. Él mismo reconoce que lo primero que hizo al recobrar la conciencia “fue pedir la cámara y el ordenador para grabar los momentos por los que estaba pasando”.
La cámara se convirtió en su fiel compañero desde la niñez, época en que tomó esa afición. Después siguió siéndola en su trabajo de corresponsal fotográfico, permitiéndole informar al mundo sobre la vida en Palestina con sus fotos tan vivas y siempre marcadas por su sello especial. Cuando tras varios meses de tratamiento los médicos le anunciaron que tendría que pasar el resto de su vida en una silla de ruedas lo que más le angustió fue la posibilidad de dejar el periodismo, puesto que para él esto “equivalía a la muerte”.
Sin embargo, supo superar todas las dificultades y sigue dedicándose a su oficio preferido logrando ser el fundador de la primera agencia fotográfica del mundo árabe: Apollo Images. A pesar de todo parece estar feliz con su vida porque vivir para él significa poder trabajar con su cámara, compartiendo su maestría y talento con el mundo.