“La mano muerta”, el sistema que permitía castigar al agresor nuclear
En los tiempos de la Guerra Fría, la Unión Soviética y Estados Unidos aseguraron sus fronteras con sistemas automatizados para poder responder a un ataque nuclear imprevisto. Imagine algunos medios de aniquilación global, como por ejemplo “Skynet” de las películas Teminator.
“La Unión Soviética elaboraba un proyecto con el nombre de 'La mano muerta'. Algunos de los misiles nucleares de él podían ser lanzados por un canal de radio o por orden de un sistema de mando en el caso de que el país estuviera expuesto a un ataque nuclear y el Comandante en Jefe fuera incapaz de tomar una decisión”, afirma el profesor Petr Belov, Doctor en Ingeniería.
“La mano muerta” utilizaba un sistema de sensores que medían la actividad sísmica y el nivel de radiación para detectar un ataque nuclear por sorpresa. Era capaz de lanzar un arsenal nuclear sin que nadie apretara el famoso “botón rojo”. De este modo la URSS podía contraatacar, incluso aunque fuera cortada la comunicación con el Kremlin.
“Es necesario tener un sistema que automáticamente pueda activarse al instante después del primer ataque del adversario. La existencia de tal sistema le da a entender al enemigo que incluso si logra destruir nuestros centros de mando y privarnos de la posibilidad de tomar decisiones, habrá algunos medios automatizados para lanzar el resto de los misiles como contraataque”, dice Leonid Ivashov, General Coronel.
Los Estados Unidos también tenían una contramedida secreta de nombre clave “El espejo”. En ésta durante tres décadas equipos de aviones se relevaban uno a otro en el aire para intentar descubrir restos de las explosiones nucleares si el mando terrestre se perdiera durante un ataque. La mayor diferencia entre “La mano muerta” y “El espejo” radica en que los estadounidenses confiaban en seres humanos para dar la señal de alarma. Cuando terminó la Guerra Fría el sistema se cerró, sin embargo, corren rumores de que la versión soviética sigue vigente. Los pocos que pueden saberlo hablan de manera muy cautelosa.
“No puedo comentar porque no estoy informado sobre su situación actual”, responde Leonid Ivashov.
Sin embargo, con el declive del tratado sobre la no proliferación de armas nucleares todos los países empiezan a hablar sobre la posibilidad de golpes bajos puesto que el avance del nuevo tratado probablemente será obstaculizado por los planes de los EE. UU. de construir un escudo antimisiles. Este sería un hecho que rompería el equilibrio internacional concediendo a ese país una injusta ventaja.
“Lo único que puedo añadir es que la siguiente reducción de los arsenales nucleares es muy importante tanto para Rusia y EE. UU. como para el resto del mundo, de manera de impedir que su destino dependa de algún régimen político”, subraya Serguéi Lavrov, Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia.
Y quién sabe, si se firma el tratado y continúa el desarme nuclear es probable que el destino del mundo ya no dependa de ninguna “mano muerta”...