China se siente indignada por la venta de armamentos a Taiwán
China declaró sentirse indignada ante la intención de Estados Unidos de vender armas a Taiwán, afirma el viceministro de Asuntos Exteriores de la República Popular, He Yafei, en la página web de la entidad diplomática.
Además el viceministro chino considera que la medida estadounidense podría perjudicar las relaciones entre los dos países. “El anuncio de Washington de que planea vender armas a Taiwán tiene un impacto negativo muy serio en muchas áreas importantes de intercambio y cooperación entre China y EE. UU.”, subrayó He Yafei.
La Administración de Estados Unidos demostró el viernes al Congreso su intención de vender a Taipei un paquete de equipo militar, cuyo valor se estima en cerca de 6.500 millones de dólares, incluidos los 60 helicópteros Black Hawk y 114 misiles Patriot. Completan el paquete dos buques de guerra tipo Osprey, 12 misiles Harpoon y sistemas de control y distribución de información.
El viceministro de Asuntos Exteriores chino también asegura que la venta de armas por parte de EE. UU. supone “una abierta interferencia en los asuntos nacionales de China y daña seriamente la seguridad nacional del país”.
El actual presidente de Taiwán, Ma Ying-jeou, al tomar el poder en mayo de 2008 lanzó una campaña fuerte de distensión y acercamiento económico a la China Popular. Pero, sin embargo, Taipei considera también que hay que mantener defensas adecuadas, ante la negativa china a renunciar al uso de la fuerza para lograr la unificación con Taiwán e impedir que éste proclame su independencia formal. Pekín ve a la isla como parte de su territorio y exige a Washington que cese su apoyo militar a la isla, que estaba siendo autogobernado desde 1949.
Estados Unidos rompió vínculos diplomáticos con Taiwán en 1979 para establecerlos con China, aunque dejó vigente el Acta de Relaciones, según el cual se comprometió a reforzar la defensa de la isla y abastecerla de armas.
La venta de este paquete se preparaba desde 2008 provocando gran inquietud por parte de Pekín. Aquel año, China rompió el diálogo con Washington en cuanto a los asuntos de defensa militar, tras haber exhortado en vano a la Administración de George W. Bush para que dejara de desarrollar el proyecto de vender las armas y rescindiera todo tipo de relaciones militares con la isla.