China critica a Obama por su intención de reunirse con el Dalai Lama
China advirtió al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que un encuentro entre él y el exiliado líder tibetano, Dalai Lama, considerado por el régimen comunista un separatista, afectaría seriamente las relaciones entre dos estados.
El presidente estadounidense tiene la intención de reunirse con el líder espiritual budista, Dalai Lama, a pesar de las amenazas de Pekín. Así lo confirmó el portavoz de la Casa Blanca, Bill Burton. “El Dalai Lama es una figura religiosa y cultural respetada en el mundo entero y es como tal que el presidente se reunirá con él”, explicó , precisando que el encuentro está previsto para la tercera semana de febrero.
Este anuncio no tardó en provocar una respuesta crítica por parte de China. El representante del partido comunista, Zhu Weiqun, responsable de las relaciones con los tibetanos afirmó: “Nos oponemos firmemente a dicha reunión”, mencionando que un encuentro entre ambos políticos “amenazaría la confianza y cooperación entre China y EE. UU.”.
Incluso el presidente chino, Hu Jintao, exigió a Obama no dejar que el líder tibetano “promueva acciones separatistas en contra de China”, en suelo norteamericano.
El gobierno tibetano en el exilio, a su vez, respondió a las autoridades chinas. “Estados Unidos apoya el punto de vista del Dalai Lama, que considera que la cuestión del Tíbet debe ser resuelta en el marco de la Constitución china. No hay, pues, razones que sostengan el argumento chino de que tal encuentro dañaría las relaciones entre China y Estados Unidos”, explicó el portavoz Thubten Samphel.
China considera al Tíbet parte inseparable de su soberanía y acusa al Dalai Lama de generar tensiones para lograr la independencia de la región. Por eso rechaza que le otorguen al líder budista estatus político.
Sin embargo, no es la primera vez que el Dalai Lama visita Washington: el líder tibetano ya se ha encontrado con anteriores presidentes, que también fueron criticados por Pekín. Pero esta vez la noticia llegó en un momento de mayor tensión para ambos gobiernos. Poco antes, el conflicto chino-estadounidense surgió por la decisión de Washington de aprobar una venta de armas por valor de 4.600 millones a Taiwán, una isla autónoma considerada separatista por Pekín. Además, las relaciones entre EE. UU. y China afrontaron varios desacuerdos acerca de la 'ciber seguridad' y el control de Internet y sobre el encarcelamiento de disidentes en Pekín.