Hace 65 años las tres potencias vencedoras rehicieron el mapa del mundo

Hace 65 años en la ciudad de Yalta, un balneario en la Península de Crimea que ahora pertenece a Ucrania, en el palacio de Livadia, comenzó la conferencia en la que los líderes de Gran Bretaña, EE. UU. y la URSS trataron los problemas derivados del final de la Segunda Guerra Mundial.

Hace 65 años en la ciudad de Yalta, un balneario en la Península de Crimea que ahora pertenece a Ucrania, en el palacio de Livadia, comenzó la conferencia en la que los líderes de Gran Bretaña, EE. UU. y la URSS trataron los problemas derivados del final de la Segunda Guerra Mundial.

Segunda conferencia de las tres mayores (junto con la de Teherán y Potsdam) celebrada meses antes de finalizar la Segunda Guerra Mundial, entre los días 4 y 11 de febrero del año 1945, a la que llamaron también la Conferencia de los 'Tres Grandes'.

A la reunión asistieron el presidente de los Estados Unidos de América, Franklin Delano Roosevelt; el primer ministro británico, Winston Churchill; y, por último, el anfitrión Iósif Stalin, el máximo mandatario de la URSS.

Así, las tres potencias vencedoras dividieron el mundo de posguerra y establecieron un nuevo orden mundial.

A orillas del Mar Negro, los tres políticos decidieron sobre el desarme, desmilitarización y partición de Alemania y fijaron el volumen de las indemnizaciones que debería pagar Alemania a las potencias vencedoras.

En Yalta, se tomaron decisiones sobre las fronteras Polonia, Yugoslavia y otros países europeos. Además, se decidió que las Islas Kuriles volvieran a ser territorio ruso y se establecieron las bases de la actual ONU.

Por último, se aprobó 'La Declaración de Europa liberada' en la que los 'Tres Grandes' se comprometieron a que la reconstrucción de Europa se hiciera por medios democráticos constituyendo gobiernos democráticos ampliamente representativos de todos los elementos no fascistas de cada nación.

Hoy día los expertos discuten este acto histórico de febrero de 1945, cuando se establecieron las zonas de influencia en Europa para no repetir los errores que habían conducido a la Segunda Guerra Mundial y se preguntan por qué llevó a la división de Europa, a la violación de estos acuerdos y a lo que se vino a denominar el 'Telón de acero'.

Gueórgui Kumanev, responsable del Centro de Historia Militar de la Academia Rusa de Ciencias, explica que Yalta fue una cumbre en la que prácticamente se reconfiguraron las relaciones entre todas las potencias. Pero, según Kumanev, el grado de entendimiento que se logró fue inédito.

“Siempre me ha sorprendido lo armonioso que fue todo. Tomaban decisiones como si fuesen una sola entidad, da la impresión de que de verdad pensaban que la humanidad no podía cometer esos errores nuevamente, pero ya se estaba incubando la semilla de la guerra fría”, afirma el historiador.

El nuevo orden mundial que se configuró a partir de la Conferencia de Yalta devino en lo que muchos historiadores denominaron como la 'Guerra Fría', periodo en el que el mundo permaneció polarizado durante casi 50 años.

'Guerra Fría' era el nuevo término que definía las relaciones entre el Este y Occidente. Durante este largo período se mantuvo la idea de que en Yalta se había producido una división del mundo entre las potencias occidentales y la URSS.

No hizo falta mucho tiempo para que las diferencias entre sistemas políticos hegemónicos e incompatibles se hicieran notar. Los gastos en defensa se incrementaron de manera exponencial, Estados Unidos y la Unión Soviética se enfrentaron: el Muro de Berlín, la guerra de Corea, de Vietnam o la crisis de los misiles en Cuba fueron momentos en los que la tensión se vivió al máximo.

Pero los historiadores están seguros de que el mundo ha cambiado desde Yalta. Las relaciones internacionales dejaron de estar protagonizadas por dos potencias hegemónicas y parece imposible que la humanidad vuelva a enfrascarse en una guerra tan cruel y desgarradora como la que se vivió aquellos años.