En El Vaticano discuten los abusos sexuales por sacerdotes irlandeses
El Papa Benedicto XVI comenzó una ronda de conversaciones con representantes de la Iglesia Católica irlandesa en referencia a los escándalos de pederastia que afectan al clero en ese país.
El encuentro de dos días con 24 representantes de la Iglesia Católica irlandesa está motivado por los escándalos de pederastia que todavía afectan gravemente al clero de ‘la isla esmeralda’.
El tema principal de las reuniones es el análisis de las acusaciones de abusos sexuales a menores de edad en las parroquias y colegios religiosos de Irlanda. Secretario de Estado Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone pidió a los sacerdotes que han abusado de menores que reconozcan "su propia culpa".
"Es la tormenta más peligrosa, la que toca los corazones de creyentes, sacudiendo su fe y amenazando su capacidad de confiarse a Dios", afirmó.
"Sin duda alguna, este tema provoca muchas emociones en las personas; aseguro a todos los que se preocupan por el escándalo que el castigo de los culpables por parte de la Iglesia será mucho más grave y humillante, que el que reciban por parte del poder laico", declaró el cardenal.
Se espera que después del encuentro, la jerarquía de la Iglesia Católica de Roma pueda recomponerse completamente, ya que está prevista una ola de nuevas renuncias, mientras que cuatro represenantes del clero ya han abandonado sus puestos.
En el informe sobre la violencia contra estudiantes de centros de enseñanza católicos publicado el pasado verano, figuran 18 órdenes religiosas irlandesas. Muchas de ellas declararon que estaban dispuestas a pagar a las víctimas de los abusos grandes compensaciones económicas.
Se ha tardado 10 años en elaborar el informe. Allí se recogen los abusos por parte de profesores de diferentes órdenes de la Iglesia Católica de Irlanda. La versión final del informe contiene información sobre casos de violencia sexual que afectan a 2.500 menores, que estudiaron en diferentes periodos de tiempo. "Los abusos sexuales se dieron habitualmente junto con actos violetos, empezando por interrogatorios detallados sobre la vida sexual de los niños y llegando hasta violaciones múltiples", se dice en el informe.
En el mismo documento se subrayaba que muchas víctimas del clero sufrieron de tales abusos a lo largo de toda su estancia en el colegio religioso. Un sacerdote se reconoció culpable de ejercer la violencia contra 100 menores. Otro confesó que practicó el sexo con los estudiantes a lo largo de 25 años.
Según la investigación, muchos representantes del clero sabían lo que pasaba. Sin embargo, en lugar de castigar y denunciar a los culpables, se preocupaban más del prestigio de la Iglesia.