El análisis de ADN de un pelo humano, encontrado en Groenlandia, en el permafrost, permitió a los científicos modelar un retrato del hombre prehistórico.
El 'propietario' de este pelo, que vivía hace 4.000 años, tuvo los ojos marrones, el cabello oscuro y tendencia a la alopecia. Los científicos le bautizaron con el nombre de Inuk ('Hombre' en groenlandés).
El análisis del genoma mostró que Inuk había pertenecido a una antigua cultura ártica, los Saqqaq, que vivían de la caza de focas y pájaros marinos. Sus antecesores habían emigrado a Groenlandia desde Siberia hace aproximadamente 5.500 años. Sin embargo, no queda claro cómo los Saqqaq consiguieron realizar este viaje. También se desconocen las razones de la desaparición de esta civilización: hasta ahora no se sabe si fue por cambios climáticos o por un enfrentamiento con grupos de culturas rivales.
El análisis de su ADN mostró que la masa corporal y las características del metabolismo de Inuk le permitían resistir bien el frío. Sus dientes incisivos tenían la forma de una pala de excavadora. El cerumen de sus orejas era duro, lo que le hacía padecer infecciones de oído.
Los investigadores de la Universidad de Copenhague, que realizaban el análisis, afirman que Inuk había muerto de joven, porque, a pesar de la tendencia a la alopecia, el pelo descubierto era bastante grueso.
Los genetistas comentan que es muy poco probable que el dueño de este pelo fuera un antecesor de los aleutas contemporáneos o de los “indios americanos”.