Los niños con un síndrome de Down estuvieron en el epicentro de las discusiones que se han generado en la sociedad rusa durante los últimos meses.
Un escándalo se produjo en diciembre de 2009 cuando el rotativo ruso de prensa amarilla SPEED info publicó el artículo “¡Remátelo para que no sufra!” del columnista Alexándr Níkonov. En el artículo exige el derecho de eutanasia para aquellos padres que concibieron un niño con síndrome de Down. Según él, la existencia de un hijo con tal síndrome hace sufrir a toda la familia.
“El humanismo de verdad puede ser cruel. Es un problema que hay que resolver de una vez. No se puede permitir que uno viva torturándose durante toda la vida. ¡Es una barbaridad!”, señaló Níkonov.
La Unión de Periodistas de Rusia, tras estudiar las quejas de parientes indignados, reprobó al rotativo y al columnista por encontrarse “al borde del extremismo”. Remitiéndose al carácter escandaloso del artículo, el periodista "cometió un error profesional", declaró la Unión de Periodistas.
Internet se llenó de mensajes de padres indignados. Algunos comparaban las ideas de Níkonov con la doctrina de Hitler, asegurando que, con el pretexto de las ideas humanistas, promueve la ideología nazi.
“El autor aún no cría a un hijo minusválido, por eso sus reflexiones generales referidas a que la vida de los minusválidos y sus familias es un infierno, una tortura y agobios, solo quedan en suposiciones. Como madre de un niño minusválido yo declaro, basándome en mi propia experiencia, que tales razonamientos no tienen nada que ver con la realidad”, expresó Svetlana Shtarkova.
“Les aseguro que mi hijo no vive sufriendo. Yo no entiendo por qué alguna gente cree que es así. Los niños sin problemas de salud, pero abandonados por sus padres, son muchísimo más infelices. Mi hijo tiene su propio camino. Le veo encantado con la vida. Es un niño muy alegre”, expresó la madre de un niño con síndrome de Down, Yulia Lentieva.
Los defensores de los derechos de las personas con algún tipo de invalidez dicen que en la sociedad rusa está cambiando la actitud hacia quienes sufren este tipo de "problemas". En la época soviética casi todas las parejas en las que nacía un niño con síndrome de Down negaban al niño y lo entregaban a orfanatos especializados. En la actualidad la situación ha cambiado un poco; según las estadísticas, el 50% de los padres cuida y educa por sí mismos a los pequeños que padecen de este síndrome.
El artículo sobre el trato a los niños con síndrome de Down volvió a atraer la atención hacia la adaptación de los niños minusválidos a la sociedad rusa. Mientras algunos ofrecen métodos radicales para resolver el problema, la mayoría de la gente opina que el meollo del asunto radica en cómo mejorar la calidad de vida de estos niños.