El diario británico 'The Guardian' reveló una larga lista de otros asuntos que podrían afectar al funcionamiento de esa nave, considerada como de tecnología puntera.
Fallos al descubierto
Primeramente el Astute resultó ser más lento de lo esperado. El submarino de ataque fracasó en alcanzar la velocidad diseñada por la adaptación defectuosa del reactor y la turbina.
Entre otros fallos se encuentran los paneles de control del reactor nuclear, en los que se instalaron incorrectamente los cuadros de conmutadores, así como el uso de cables eléctricos del tipo incorrecto en ciertos circuitos, que podrían verse afectados por indicaciones.
La empresa fabricante, BAE Systems, lo describió como “el más grande y capaz submarino de ataque que la Marina Real jamás ha operado, capaz de competir con cualquiera en el mundo”.
El submarino ya había quedado en evidencia en 2010, cuando encalló sobre unas rocas tras un accidente frente a la costa escocesa.