En el escrito, las naciones iberoamericanas "llaman a las partes a interrumpir inmediatamente las hostilidades y a retomar, en el más breve plazo posible, el proceso de paz".
Asimismo, la Cumbre aprobó una declaración especial en la que pide al Gobierno de Estados Unidos que ponga fin al "bloqueo económico, comercial y financiero que mantiene contra Cuba". El documento forma parte de una serie de textos similares aprobados en Cumbres Iberoamericanas previas e insta a las autoridades estadounidenses a que cumplan "con lo dispuesto en 20 resoluciones sucesivas aprobadas en la Asamblea General de las Naciones Unidas".
La Cumbre reiteró la necesidad de respetar la tradición del consumo de la hoja de coca en Bolivia y Perú como costumbre ancestral que debe ser mantenida. Por otro lado, los miembros de la reunión subrayaron que hace falta analizar las consecuencias de la legalización de ciertas drogas decidida por algunos países y pidieron que se celebre una sesión especial de la ONU sobre el tema. Se trata sobre todo de algunos estados de EE.UU. que despenalizaron el uso de la marihuana, una decisión que fue denunciada por el presidente de México, Felipe Calderón.
Los resultados económicos más importantes quedaron formalizados en la Carta Iberoamericana firmada por todos los participantes. Entre ellos se destaca la decisión de crear y desarrollar más empresas pequeñas y medianas con ayuda de 420 millones de dólares aportados por el Banco Interamericano de Desarrollo.