La ansiada tregua entre el movimiento islamista Hamás e Israel anunciada recientemente ha generado preocupaciones ya que no sería la primera vez que ambas partes logran un acuerdo que termina rompiéndose.
Uno de los casos más recientes en lo que no se respetó el alto el fuego ocurrió durante la última visita del primer ministro de Egipto a la Franja de Gaza. Fue allí cuando Israel denunció que Gaza había atacado el sur del país hebreo y decidió responder de manera violenta.
Otro caso se registró en el año 2009 durante la operación Plomo Fundido cuando el alto el fuego fue interrumpido y ambas partes se acusaron mutuamente de haberlo violado.
Con la creciente influencia islámica tras una serie de revueltas en la región, Hamás parece asegurarse un lugar predominante en el escenario actual de Oriente Próximo.
Algunos medios afirman que la tregua alcanzada no supone el levantamiento del bloqueo de la Franja de Gaza mientras otros señalan que el punto del acuerdo que trata sobre la apertura de los pasos fronterizos implica el fin del aislamiento.
“Esencialmente no se resuelven las cuestiones por las que existe el conflicto, los disparos no vienen de casualidad hay un conflicto que es la ocupación de Gaza por parte de Israel”, opina Ilya Topper, director de la revista digital Mediterráneo Sur.
Entre tanto, la Organización Mundial de la Salud ha anunciado la premura de crear un corredor humanitario, solicitando una ayuda inmediata de 10.000 millones de dólares, lo que algunos expertos califican como un consuelo temporal para el movimiento islamista.
“La ayuda monetaria no es más que un hecho momentáneo pero no soluciona el conflicto”, concluyó Topper, en declaraciones a RT.
Lo que ahora genera las mayores dudas, es si esta vez las partes podrán preservar esta frágil tregua.