Los empleados de los gobiernos regionales también se adhieren a la huelga y organizarán una marcha hacia el edificio de la Secretaría de la Reforma Administrativa en la capital griega. Manifestaciones similares se prevén en todas las capitales de las regiones administrativas, que suman 51 en Grecia.
Como parte de la reducción de costes, aprobada a instancias de los acreedores de la UE y el FMI, el gobierno griego tiene la intención de despedir a miles de empleados estatales y realiza la primera fase del "censo" de las personas sujetas a despido. La mayor parte de los municipios griegos y algunas agencias todavía no han presentado dichas listas, pese a la presión de las autoridades.
Los analistas consideran que, al mismo tiempo que intentan salvar a Grecia, los líderes europeos no dejan de presionar a los griegos.
“Lo que sucede es que hay diferencias entre la señora Merkel y los diferentes miembros del mercado común. […] Merkel quiere mantener cierta presión sobre la economía griega para que los griegos hagan lo que ella dice”, dijo a RT sociólogo y economista José Pernado Pérez Oya.
“Los griegos no pueden pagar la deuda. Lo que está ocurriendo ahora es una cosa catastrófica”, agregó.
El primer ministro griego Antonis Samaras visitará Bruselas el jueves, donde intentará desbloquear un tramo de ayuda financiera de los acreedores internacionales por un valor de más de 30.000 millones de dólares.