El edificio afectado quedó prácticamente destruido y el área se "asemejaba a una zona de guerra". El atentado fue perpetrado mediante un coche bomba, cargado con 500 kilos de explosivos, que el terrorista puso en marcha a distancia. Los medios de comunicación noruegos aseguraron que "literalmente" se sintió cómo se movía el suelo tras la explosión.
Tras realizar el atentado en la capital noruega, Breivik, disfrazado de agente de Policía, se dirigió a la isla noruega de Utoya, donde abrió fuego en un campamento juvenil político y abatió a 69 personas, la mayoría eran adolescentes.
El 24 de agosto de este año, el tribunal del país le sentenció por el doble atentado. El ultraderechista Anders Behring Breivik, de 33 años de edad, recibió la pena máxima en Noruega y fue condenado a 21 años de prisión con una posible ampliación del plazo.