El proyecto, bautizado como ´Estudio sobre los vuelos de investigación a la Luna´, o ´Proyecto A119´, que nunca llegó a realizarse, estaba dirigido a infundir temor en las autoridades de la URSS y a la vez incrementar la autoconfianza de EE.UU., según explicó a AP el físico norteamericano Leonard Reiffel, que trabajó para la NASA.
Según Reiffel, el plan consistía en que un misil llevara la bomba al satélite terrestre. La detonación se produciría después de que el artefacto alcanzara la superficie lunar y la explosión sería visible desde la Tierra.
Esta histórica explosión podría haber ocurrido alrededor del año 1959, cuando las Fuerzas Aéreas norteamericanas desplegaron los misiles balísticos intercontinentales.
Finalmente EE.UU. desistió del ´Proyecto A119´ debido a las preocupaciones por la posible contaminación nuclear del espacio. Los científicos también temían que la bomba pudiera explotar antes del tiempo indicado poniendo en peligro la vida de los humanos.
El proyecto permaneció clasificado durante unos 45 años y el Gobierno estadounidense nunca ha confirmado oficialmente su implicación en los planes para hacer explotar una bomba en la Luna.