El artículo titulado ´Un monje tibetano anuncia el fin del mundo para la NASA´, por lo visto, causó un gran impacto entre la población local y gran parte de los vecinos del lugar decidieron seguir las recomendaciones del monje agotando todas las reservas de velas, cerillas, sal y queroseno disponibles en las tiendas.
Una semana después de la publicación era imposible encontrar esos productos en los comercios locales y ya se sentía cierta escasez de los mismos en las tiendas de los pueblos cercanos.
Al enterarse de la razón de la histeria de la población, la editora del periódico que publicó el artículo señaló que lamenta mucho esta reacción de la población y prometió publicar un artículo pidiendo disculpas a todos los que se tomaron en serio las supuestas predicciones del monje tibetano.