El joven de 24 años se mostró nervioso y con voz temblorosa al responder a las preguntas en una audiencia previa al juicio que tuvo lugar en Fort Meade, estado de Maryland.
A la pregunta de su abogado defensor, David Coombs, sobre si "temía por su vida", el militar respondió que sí, "y mucho", y comentó que empezó "a desmoronarse”. Recordó que el segundo día de arresto se desmayó debido al calor y al estrés.
Señaló que en aquel entonces no tenía ninguna información sobre lo que pasaba a su alrededor, detallando que le retiraron el teléfono móvil y quedó incomunicado de su familia durante 9 días. Asimismo, reconoció que en los días siguientes a su detención “no tenía esperanzas” y sentía el deseo de suicidarse, y que lo más duro para él era estar totalmente aislado.
El soldado fue detenido en Irak el 27 de mayo de 2010 y posteriormente trasladado a una prisión, primero en Kuwait y luego en Estados Unidos, donde ha permanecido hasta este momento. Afirmó que le había alegrado el enterarse de que no lo iban a encarcelar en Guantánamo.
Desde julio de 2010 hasta abril de 2011, Manning estuvo en la prisión de la base de Quantico, estado de Virginia, donde le aplicaron medidas muy duras: tenía que dormir desnudo por la noche con una bata especial, se le quitaban las gafas que necesita para ver y no se le permitía tener papel higiénico en la celda, sino que tenía que pedirlo cada vez que lo necesitara.
Todas estas medidas supuestamente estaban dirigidas a prevenir sus tendencias suicidas, pese a que dos de los psiquiatras que le trataron indicaron poco después de su llegada que no eran necesarias.