Las medidas de presión recaerán sobre los propietarios de buques comerciales, compañías de construcción naval y bancos.
Las sanciones entrarán en vigor cuando el presidente de EE.UU. firme la ley de gastos de defensa para el año fiscal 2013.
Washington usa las sanciones como un instrumento de presión para obligar al Gobierno iraní a abandonar su programa nuclear, que según Occidente, tiene como finalidad la creación de una bomba atómica, y no fines pacíficos, como asegura Teherán.
Anteriormente Washington ya había aprobado otro paquete de sanciones contra la nación persa que redujo seriamente sus ganancias petroleras. Asimismo, el Estado norteamericano prohíbe a sus ciudadanos y compañías hacer negocios con Irán.