Después de pasar cerca de 72 horas atrapados, los conductores lograron salir ya del atasco, de unos 200 kilómetros, sucedido en un tramo de la autopista que une Moscú y San Petersburgo, una de las autovías más importantes del país.
La tormenta de nieve, que comenzó el pasado día 30 de noviembre, ocasionó una terrible congestión vial. A esa fuerte nevada, que azotó el oeste de Rusia, le siguieron, en días posteriores, lluvias, fuertes vientos y el deshielo, condiciones que dificultaron las tareas de asistencia.
El Ministerio de Emergencias del país envió a unos 175 socorristas y 100 máquinas quitanieves para tratar de resolver la situación e informó que los conductores recibieron ayuda psicológica, comida, combustible, asistencia médica y alojamiento.
Además, voluntarios de la región de Tver, donde ocurrió el atasco, ayudaron con la recogida de provisiones que posteriormente fueron entregadas a los automovilistas.
Numerosos automovilistas que se quedaron sin combustible decidieron dejar sus vehículos en los arcenes y caminar a lugares cercanos donde poder entrar en calor, dado que las temperaturas en la región estaban por debajo de los cero grados centígrados.