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Alan Gross o el pretexto de EE.UU. para seguir interviniendo en Cuba

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Washington se ha negado a intercambiar a su contratista por los cinco cubanos, alegando que no hay un paralelismo entre ambos casos.
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La directora del Comité Nacional para la liberación del ‘Grupo de los Cinco’, Gloria La Riva, considera que La Habana propuso una "solución humanitaria" para que los cinco cubanos regresen a Cuba inmediatamente  y  Alan Gross vuelva a su casa en EE.UU.

“Alan Gross es simbólico para EE.UU. , porque él es uno de los mucho individuos y organizaciones contrarrevolucionarias y también de desestabilización contra Cuba financiado por la CIA y el Gobierno de Washington, que quieren continuar haciendo injerencia a Cuba”, sostiene Gloria La Riva en declaraciones a RT.

En el tercer aniversario del arresto de Gross, un alto funcionario del Departamento de Estado que hizo declaraciones a la prensa bajo la condición de anonimato, anunció que EE.UU. rechaza -igual que en casos anteriores- “la noción de nexo”, alegando que “no hay paralelo entre ambos casos”.

Por su parte, el Gobierno de Cuba criticó a EE.UU. de exigir a la isla una "decisión unilateral" sobre este caso y acusó el país de "mentir" sobre el estado de Alan Gross, que, según dice, no padece cáncer ni enfermedad alguna que represente un peligro para su vida, es atendido por un equipo médico "de primer nivel mundial", recibe un trato "decoroso y humano" y tiene contacto telefónico semanal con sus familiares, abogados y amistades.

"El Gobierno de Cuba invita una vez más al Gobierno de Estados Unidos a conversar seriamente sobre estos temas para lograr una solución humanitaria aceptable para ambas partes", afirmó en La Habana Josefina Vidal, directora para Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores cubano.

El norteamericano, de 61 años, fue arrestado el 3 de diciembre de 2009 cuando distribuía equipos de comunicación por satélite, de uso restringido en Cuba, mientras trabajaba para un contratista del gobierno estadounidense dentro de un programa que, según Washington, buscaba fomentar la democracia en la nación caribeña.

Sin embargo, para la Habana era una muestra más de las intenciones de Estados Unidos de seguir inmiscuyéndose en sus asuntos internos y de reforzar su política de presión para propiciar cambios. En marzo de 2011 el Tribunal Supremo Popular de Cuba lo condenó a 15 años de prisión por realizar actividades subversivas contra el Estado cubano.

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