Israel siempre ha contado con el respaldo de EE.UU. y otros países occidentales, recuerda el periodista Ilya Topper, mientras Irán con sus planes nucleares ha sido tratado como un enemigo. Si EE.UU., Francia y el Reino Unido no encuentran una manera de presionar realmente a Israel, ni el asunto nuclear ni el conflicto con Palestina van a cambiar.
“Creo que hay una especie de cansancio internacional frente a la actitud de Israel”, opina Topper. “También creo que (…) Israel cada año se escora más hacia la derecha, al menos en el sentido público. El discurso de Benjamin Netanyahu y su ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman, son cada vez más extremistas, más rotundamente contrarios a las convenciones internacionales”. Esta actitud, cree Topper, hace dudar al resto del mundo de que Israel tenga la intención de resolver el conflicto.
Recientemente Israel ha rechazado un llamamiento de la ONU para adherirse al Tratado de No Proliferación Nuclear (NPT) y abrir sus instalaciones a los inspectores internacionales.