Colombia y las FARC retoman el diálogo de paz tras un receso marcado por la ofensiva militar
El equipo negociador de la guerrilla reiteró que su grupo no tiene ni uniformados ni civiles en su poder y ha insistido en que su dirigente Simón Trinidad, que cumple una condena de 60 años de cárcel en Estados Unidos por el secuestro de tres estadounidenses, se sume a las negociaciones de paz.
El analista político Julio Gambina considera que Colombia hace todo lo posible para oscurecer la imagen de la guerrilla, culpándola de poner trabas a las negociaciones.
“Hay que tener en cuenta que las FARC son las principales interesadas en que la sociedad colombiana y mundial conozca cuales son las motivaciones para esas negociaciones”, asegura el experto a RT.
Gambina cree que el gobierno de Colombia "va a estar interesado en obstaculizar y generar condiciones para que se suspendan los procesos de negociación y encontrar una forma de culpar a la otra parte, es decir a las FARC, de ser la responsable de la interrupción del proceso".
Durante la semana de descanso se ha producido en Colombia la mayor
ofensiva militar contra los insurgentes desde que comenzó el proceso.
Las fuerza gubernamentales bombardearon campamentos de los insurgentes
que se cobraron varias víctimas mortales. Al margen de estos episodios,
ambas partes han hecho un balance positivo de la primera fase de los
diálogos de La Habana.