Al declararse culpable, Harris, de 23 años, buscaba evitar que fueran vistos públicamente los mensajes que enviaba a otros integrantes del movimiento por Twitter. De esa forma protegería de la persecución por parte del Estado a sus compañeros que participaban en las protestas del año pasado contra el poder del capital.
Sin embargo, la acusación insiste en una revisión detallada de aquella mensajería en la sala de audiencias.
"De acuerdo con lo que se está manejando en este momento, es que todo lo que estás haciendo en una red social es público y no propiedad privada", considera un miembro de la Coalición por los plenos derechos ciudadanos, Manuel Azcorra. "Y que todos están implicados y pudiera ser que a todos también se les puede abrir casos criminales en base a los tuits que ellos hayan escrito durante [las protestas de] Ocupa Wall Street", añade.
Efectivamente, el juez de la Corte Penal de Manhattan, Matthew Sciarrino, rechazó los recursos de la defensa presentados contra la solicitud del fiscal distrital que obligaba a la compañía Twitter a proporcionar el contenido de los mensajes del procesado. Como parte de su decisión, falló a favor de que la empresa proveedora -y no cada usuario- sea considerada el titular de los derechos de los tuits y de los datos de las cuentas personales.
Lucas Vázquez, organizador estudiantil de Ocupa Wall Street, también considera este fallo como una violación flagrante del derecho a la privacidad. No obstante, Vázquez recuerda que los mensajes se usan contra los activistas antigubernamentales ya desde la era de George Bush y que “lo que normalmente hacen es sacar una frase en las redes sociales fuera del contexto y aplicarla como terrorista, como antipatriótica y cosas como esas”. De esta forma, sostiene, “cualquier cosa que pongas o publiques va a ser usada contra a ti mismo, porque ya nada es privado”. Es una práctica que -opina- busca amedrentarlos en su aspiración a poder expresarse políticamente.
Malcolm Harris fue detenido en el transcurso de una marcha por el puente de Brooklyn en octubre del 2011. La Policía neoyorquina lo acusó de desobediencia durante la concentración.
El juicio por el caso del activista tendrá lugar el próximo 12 de diciembre.