"Creo que se debe concebir otro tipo de sistema democrático. La democracia que quiere imponer EE.UU. en Egipto, Túnez, Marruecos y otros países de la región no es apta para sus poblaciones”, asegura Abayomi Azikiwe, editor de 'Pan-African News Wire'.
"La democracia que quiere imponer EE.UU. en Egipto, Túnez, Marruecos y otros países de la región no es apta para sus poblaciones"
Estos cambios de régimen han sido apoyados y, en ocasiones, hasta forzados por los líderes occidentales que, en su opinión, era lo que deseaban los países árabes.
Túnez: año II
En Túnez cuna de la primavera árabe hace justamente dos años, el pueblo quería elegir, expresarse libremente, que no faltara sustento para sus hogares, además de más y mejores oportunidades para ganarse la vida. El régimen cayó pero el escenario actual no responde a las expectativas.
“La situación es peor ahora si se compara con los años anteriores a la revolución. Yo misma ya no me siento segura al ver toda la violencia de la policía del salafismo. Hay ataques contra las libertades personales cada día”, relata Lina Ben Mhenni, activista y bloguera tunecina.
En el caso de Libia, el movimiento rebelde desembocó en violentos enfrentamientos y, en consecuencia, culminó con la muerte violenta de Muammar Gaddafi. Sin embargo, tras su derrocamiento, la violencia entre las tribus no ha cesado. Muestra de ello fue la toma del nuevo gobierno de la ciudad de Bani Walid donde, supuestamente, se refugiaban partidarios de Gaddafi, acabando con la vida de decenas de civiles.
Egipto sigue en pie
En los últimos días la atención se centra en Egipto, donde la población que hace meses apoyaba la llegada al poder de los Hermanos Musulmanes, vuelve a tomar las calles para mostrar su descontento con las políticas del presidente Morsi.
“Aquellos que votaron por los Hermanos Musulmanes en Egipto lo hicieron porque querían cambios económicos, no solo deshacerse de Mubarak y dejar tomar el poder a Morsi, quien está llevando el mismo rumbo en cuanto a la economía” comenta Neil Clark, periodista y escritor especialista en asuntos internacionales.
La primavera árabe impulsada por Occidente buscaba cambios y mejoras en el nivel de vida en la región, pero el mismo pueblo ha comprobado que tanto sus resultados como sus métodos no han resultado muy útiles, después de que sus libertades y oportunidades se hayan visto reducidas.