El portaaviones Dwight D. Eisenhower y el portahelicópteros de desembarco Iwo Jima, con 2.500 infantes de marina a bordo, fueron retirados del Golfo Pérsico tras permanecer cerca de la costa siria, supuestamente preparados para una posible agresión militar.
El portaaviones Eisenhower, con capacidad para albergar a miles de efectivos, se unió a otros buques de guerra en la primera semana de diciembre, supuestamente para lanzar una intervención militar "en pocos días" en caso de que el presidente sirio Bashar al-Assad hubiera usado armas químicas contra la oposición, informa 'Time'.
Estados Unidos mantiene casi siempre dos portaaviones en el Golfo Pérsico, pero tras la retirada del Eisenhower deja a la Armada estadounidense solo con uno, el John C. Stennis, estacionado cerca de Siria. La vuelta a casa del Eisenhower y del Iwo Jima ha irritado a Turquía, su aliado clave en la región.
Un alto funcionario turco que se expresó bajo anonimato señaló al portal israelí 'DEBKAfile' que la retirada del portaaviones estadounidense es "difícil de entender e inaceptable para Ankara." Turquía se ha convertido en uno de los principales opositores internacionales al régimen de Assad y teme que los misiles sirios con armas químicas podrían ser utilizados en su contra. Aunque Siria nunca ha reconocido que disponga de un arsenal químico, los funcionarios de este país han señalado en reiteradas ocasiones que el ejército nacional nunca las usaría "incluso si las tuvieran".
De acuerdo con un medio informativo israelí, Washington buscó "apaciguar a los turcos" enviando a la región al secretario de Defensa, Leon Panetta, para oficializar la disposición de despliegue de sistemas antiaéreos Patriot cerca de la frontera con Siria.
El despliegue de los Patriot ha aumentado las tensiones entre Turquía e Irán. El presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, canceló su viaje a Turquía para una ceremonia anual de esta semana, alegando que los interceptores de misiles podrían conducir a una "guerra mundial".