Esta conclusión aparece en el informe de la Comisión encargada de investigar el ataque, parte del cual ha sido proporcionado por funcionarios anónimos del Departamento de Estado y el Congreso proporcionaron a los medios estadounidenses.
El jueves se celebrarán audiencias a puerta cerrada en el Senado, donde el Departamento de Estado rendirá cuentas de sus acciones antes y durante el ataque. La parte filtrada del informe establece que la responsabilidad por la muerte del embajador y otros tres empleados recae sobre los máximos responsables de la diplomacia en EE.UU.
"En la embajada [consulado de EE.UU. en Bengasi] se notó la falta de personal de seguridad […]. El Departamento de Estado en la organización de la protección del complejo confió en las fuerzas de la policía local, cuya eficacia no se ha comprobado […]. El Departamento de Estado ha ignorado las peticiones [de la embajada en Libia] para aumentar la cantidad de guardias del consulado y la mejora de la infraestructura de seguridad. El Departamento decidió tomar medidas después de recibir información sobre las amenazas confirmadas y no mejorar continuamente los procedimientos de seguridad", rezan los extractos del informe.
Asimismo, el documento culpa a varias oficinas del Departamento de Estado de planificación inadecuada y falta de coordinación en las medidas de seguridad. Varios funcionarios de la oficina central del Departamento -cuya identidad se desconoce- han sido acusado de calidad inadecuada del trabajo.