Dos camarógrafos palestinos murieron y al menos 10 trabajadores de los medios de comunicación resultaron heridos en la ofensiva que comenzó después de varios ataques con cohetes contra Israel.
El Gobierno israelí afirma que todos los blancos eran objetivos militares legítimos.
Un comunicado emitido el jueves por la organización de derechos humanos con sede en Nueva York afirma que no se encontraron indicios de que estos objetivos fueran objetivos militares legítimos.
La directora de HRW para Oriente Próximo, Sarah Leah Whitson, aclaró que "solo porque Israel diga que un periodista es un combatiente o que un puesto de televisión es un centro de mando, no hace que esto sea así".
"Los periodistas que elogian a Hamas y los canales de televisión que aplauden los ataques contra Israel pueden ser propagandistas, pero eso no los convierte en blancos legítimos bajo las leyes de la guerra".
Según el derecho internacional, los periodistas y los trabajadores de los medios se consideran civiles y son "inmunes a los ataques a menos que estén participando directamente en las hostilidades", explicó HRW.
Uno de los misiles lanzados contra los edificios e los medios de comunicación alcanzó el piso donde está situada la oficina de RT. El corresponsal de RT en su versión en árabe Saed-Al Suerki, salió del edifico junto al camarógrafo Mustafa Al-Bayada una hora antes del ataque.