"Nuestra tradición es respetar los acuerdos cuando negociamos algo, cuando discutimos un asunto. Desafortunadamente los socios que negociaron con nosotros en Ginebra probablemente tienen costumbres diferentes", destacó el jefe de la diplomacia rusa.
Respecto a las particularidades del sistema estadounidense, Lavrov recordó que "cualquier congresista puede congelar la consideración de asuntos muy importantes solo porque la producción de carne de res de su estado en particular no sea admitido por un país u otro por razones santitarias".
Además, el canciller ruso precisó que sería una gran amenaza si los rebeldes se apoderasen de armas químicas, mientras que es poco probable que el régimen de Bashar al Assad las vaya a usar.
“No, yo no creo que Siria vaya a usar armas químicas si lo hace equivaldría a un suicidio político para el Gobierno. Según tengo entendido, la información de la que disponemos nosotros, que corresponde a la de Estados Unidos, denota en los últimos informes que el movimiento de armas químicas tiene que ver con las medidas que emprende el Gobierno con el fin de concentrar en dos lugares los materiales químicos dispersos en varios sitios para garantizar su protección”, concluyó.