El hombre era un viajero que había pasado la noche del jueves en una mezquita, según detalló Maulvi Memon, imán de la aldea meridional de Seeta en la provincia de Sindh. Los restos calcinados del Corán fueron encontrados a la mañana siguiente.
"Estuvo él solo en la mezquita durante la noche", agregó Memon. "No había nadie más allí para hacer algo tan terrible".
Los vecinos golpearon al hombre y luego lo entregaron a la policía. Unas horas más tarde, un grupo de alrededor de doscientas personas irrumpió en la estación de policía, arrastraron al hombre a la calle y le prendieron fuego, informó Usman Ghani, superintendente de la policía en el distrito de Dadu.
Ghani dijo además que una treintena de personas fue detenida por el asesinato y que siete policías fueron arrestados por negligencia.
La blasfemia en Pakistán se puede castigar con pena de muerte, pero el concepto no está definido específicamente por la ley. Durante los juicios, los abogados a menudo evitan pronunciar literalmente las pruebas contra el acusado por miedo a cometer blasfemia ellos mismos.
A mediados de 2012, un grupo de pakistaníes linchó a un hombre que había sido arrestado por romper un ejemplar del libro sagrado de los musulmanes.
Al menos 53 personas han muerto en Pakistán desde 1990 acusados de blasfemia, según el Centro de Investigación y Estudios de Seguridad, que percibe un aumento de esta tendencia.