Tras reunirse con el fundador de WikiLeaks en la sede diplomática, Maguire, que luchó por una salida pacífica para el conflicto del Úlster, publicó en el sitio informativo del proyecto Truthout un artículo sobre la situación del periodista. En el escrito culpó a las autoridades británicas de privar a Assange de ciertos derechos que son propios de los presos políticos. Entre ellos destacó el derecho a aire libre y a conocer cuánto tiempo durará su reclusión.
"A diferencia de la mayoría de los presos políticos —afirmó— no tiene ni idea de cuánto tiempo, seis meses más o seis años, continuará este confinamiento diplomático. Es algo realmente cruel, inhumano y es una tortura psicológica para un hombre cuyo delito sería decir la verdad y sacar a la luz actos ilegales del Gobierno de EE.UU. y sus aliados en el mundo".
Maguire opinó que tanto las autoridades suecas como estadounidenses están implicadas en esa tortura, ya que las primeras se negaron a conceder al refugiado garantías de que no será entregado a Washingon cuando sea extraditado a Estocolmo.
Al mismo tiempo la activista se mostró "asombrada por su mente inteligente, brillante y compasiva y estaba contenta de ver que, pese a las violaciones de sus derechos humanos y la persecución, está de buen humor y goza de buena salud".