Los creyentes se reúnen en el principal templo católico de Moscú para recibir este día especial.
Las misas se celebran en diferentes idiomas. La primera, que empieza a las 7 de la tarde, será en ruso. Luego, a las 9 de la noche, se lleva a cabo un rito en polaco y después, a las 11 de la noche, el principal representante de la Iglesia Católica de Moscú y de la parte central de Rusia, el arzobispo Paolo Pezzi, oficiará la misa de gallo.
A pesar de ser Rusia un país mayoritariamente ortodoxo, hay numerosos católicos viviendo en las principales ciudades del país. Unos 50.000 fieles de esta iglesia celebrarán esta festividad en Moscú y sus suburbios.
Esta comunidad, que representa al 1% de las organizaciones religiosas registradas en Rusia, cuenta con unas 400 parroquias por todo el país, aunque muchas no disponen de templo.