Turquía hizo en noviembre un llamamiento a la OTAN para que colocara en su territorio sistemas de misiles Patriot bajo el pretexto de garantizar la seguridad de la zona fronteriza con Siria, país sumido en un conflicto armado intestino.
La OTAN acordó enviar a Turquía 6 baterías de este tipo suministradas por EE.UU., Alemania y Países Bajos asegurando que se destinarán sólo a la defensa de la frontera. Pese a ello, Rusia, Siria e Irán critican el despliegue calificándolo de provocación.
En otoño de 2012 Turquía denunció varias veces el impacto en su territorio de proyectiles provenientes de Siria. Por su parte, Damasco asegura que los obuses cruzaron la frontera por error durante los combates entre las fuerzas gubernamentales y grupos de rebeldes armados.