El político subrayó que la política rusa acerca de Siria se basa en el documento elaborado en junio pasado en Ginebra.
“Con el enviado especial de la ONU, Lajdar Brahimi, y los colegas estadounidenses tratamos de elaborar una salida de esta situación a partir del plan aprobado en Ginebra”, explicó el político.
Moscú no excluye los contactos con el mayor grupo de oposición siria, la Coalición Nacional para las Fuerzas de la Oposición y la Revolución Siria, que ha sido reconocida por más de 130 Estados representante legítimo del pueblo.
“No rechazamos este diálogo y estamos estableciendo contactos con todos los grupos opositores que también estén interesados en comprender mejor la posición rusa”, señaló Lukashévich.
El diplomático destacó que a la Cancillería rusa le preocupa mucho la ola de secuestros en Siria. Alexánder Lukashévich indicó que el ministerio está tratando de liberar a los ciudadanos capturados.
Hace una semana dos ciudadanos rusos y uno italiano que trabajaban en la planta de acero de la compañía Hmisho fueron secuestrados en la carretera que une la ciudad de Homs con la ciudad portuaria de Tartus, mientras que el pasado mes de octubre Anhar Kochneva, que trabajaba para varios medios y cadenas de Rusia y Ucrania, desapareció en Siria y los secuestradores exigen 700.000 dólares de rescate.
Acerca del uso de armas químicas en Siria, Lukashévich indicó que esas acusaciones solo tienen por objetivo proporcionar un motivo para la intervención extranjera en el país.
Recientemente los medios de comunicación informaban de que los rebeldes sirios utilizaron armas químicas contra las fuerzas militares en el distrito de Darya, un suburbio de Damasco. Sin embargo, los insurgentes negaron las responsabilidades y lanzaron al Gobierno sirio la misma acusación.