Pero Irán tampoco estaría desguarnecido ante una eventual contienda. Si Israel lo ataca, una respuesta de los grupos afines a Teherán está garantizada. Entre ellos, el poderoso partido Hezbolá, que actúa en el Líbano.
Se trata de una agrupación que comenzó como milicia desorganizada pero que a estas alturas ya es un peso pesado en la región, cuyas acciones y comunicados son analizados atentamente.
Ensayo en Gaza
Los combates de noviembre entre Hamás y el Ejército Israelí fueron vistos por muchos como un ensayo de una posible guerra con Irán. Los ataques aéreos hebreos cayeron sobre la franja de Gaza, que respondió con descarga de cohetes, especialmente los Fajr-5.La última adquisición de los grupos militantes palestinos demostró su efectividad, pero sus arsenales palidecen en comparación con los de Hezbolá, dotados de equipos de mayor calidad y cantidad. “Hezbolá ha acumulado alrededor de 45.000 misiles con distinto radio de acción. Algunos, de hecho, tienen un alcance de 350 kilómetros, lo que les permitiría atacar cualquier punto de la geografía Israelí, incluso Eilat, en el sur”, indicó el experto en terrorismo islámico global, Yoram Kahati.
Determinación
Y la determinación de usarlos no parece menos impresionante.La respuesta no se limitaría solo al territorio israelí. Las bases militares de Estados Unidos en la región se convertirían en nuestro blanco”“Israel fue sacudido por unos pocos misiles Fajr-5. Tan pocos como para poder contarlos con los dedos de la mano. Pero, ¿cómo van a ser capaces de resistir el ataque de miles de cohetes que caerán en su territorio si Israel ataca?”, subrayó el secretario general de Hezbolá, Sayed Hasan Nasralá.
Y es que hay quien cree que el enfrentamiento podría desatarse muy pronto, incluso sin el visto bueno de Washington, que se vería irremediablemente arrastrado a un conflicto que quizá no haya sabido, o querido, evitar.
“La respuesta no se limitaría solo al territorio Israelí. Las bases militares de Estados Unidos en la región se convertirían en nuestro blanco”, aseveró Nasralá.
Lo que parece claro es que, si llegara el conflicto armado, no se trataría de una escaramuza aislada como en 2006, sino de un enfrentamiento a gran escala que involucraría a toda la región e incluso otras naciones.