La ley Countering Iran in Western Hemisphere, que fue aprobada el viernes pasado, insta al Departamento de Estado a elaborar en 180 días una estrategia para frenar la “creciente presencia y actividad hostil de Irán” en los países de América Latina.
También la ley incorpora un gran plan que está previsto llevar a cabo en América Latina diseñado para aislar a la república islámica de sus aliados. La subcomisión sobre terrorismo de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de EE.UU. ya apoyó la medida en marzo.
Irán ha incrementado el número de embajadas en América Latina de las 5 en 2005 a 11 en 2012. El país busca ampliar sus relaciones con la región durante los últimos años y señala que es una de las estrategias principales de su política exterior.
Cabe decir que los grandes Estados del continente también han mejorado sus relaciones con Teherán, mientras que sus conexiones diplomáticas con EE.UU. han disminuido en un intento de poner fin a su dependencia de Washington.
La creciente popularidad de Irán en América Latina ha despertado las preocupaciones de la Casa Blanca, que considera la región su zona de influyencia.