Mehmanparast anunció que los oficiales militares iraníes creen que el objetivo del despliegue del sistema Patriot en Turquía es impedir que Irán responda a Israel si este país ataca a la República Islámica. “Si algo pasa en la región, los países occidentales y la OTAN apoyarán al régimen sionista y estos misiles se utilizarán para protegerlo”, agregó.
Cuando se le preguntó a Mehmanparast si Teherán podría usar sus exportaciones de gas a Ankara como un medio para ejercer presión sobre Turquía, donde se está realizando el despliegue, el portavoz respondió que las relaciones entre Irán y Turquía son estratégicas y los dos países tienen fuertes vínculos políticos y económicos. Asimismo, añadió que Irán y Turquía nunca se aprovecharían de las necesidades del otro país para ejercer cualquier tipo de presión.
Por su parte, el ministro de Energía turco, Taner Yildiz, indicó el pasado jueves que Turquía continuará importando gas natural desde Irán, pese a la reciente imposición de nuevas sanciones contra Teherán por parte de la UE. Las autoridades comunitarias aprobaron en octubre un paquete de sanciones contra Irán que afecta a los bancos del país, su comercio y las exportaciones de gas, acusando a Teherán de perseguir objetivos militares con su programa nuclear.
Irán, por su parte, rechaza las acusaciones sobre sus actividades nucleares y sostiene que como signatario del Tratado de No Proliferación Nuclear y miembro del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), tiene derecho a desarrollar y adquirir tecnología nuclear con fines pacíficos.
Turquía hizo en noviembre un llamamiento a la OTAN para que colocara en su territorio sistemas antiaéreos de misiles Patriot bajo el pretexto de garantizar la seguridad de la zona fronteriza con Siria, país sumido en un conflicto armado intestino. La OTAN acordó enviar a Turquía 6 baterías de este tipo suministradas por EE.UU., Alemania y Países Bajos, asegurando que se destinarán sólo a la defensa de la frontera. Pese a ello, Rusia, Siria e Irán critican el despliegue calificándolo de provocación. Está previsto que el sistema entre en funcionamiento a finales de enero de 2013.